Margarita Silvestre

No hay una flor en todo el pago
tan linda como Margarita
es la más preciosa chinita
con unos ojazos como el mismo sol.
Que arrastra a los mozos el ala
y la siguen siempre que va en
busca 'e flores y su guitarra
soplan con honores y con los andares
en su corazón.
Pero ella no les hace caso
porque la chinita sólo a mi me quiere.
Los otros días fue al reino cuando
el otro día cuando en la ventosa
yo le hable de amor.
Y cuando con dulce embelezos
y atolondrao por su mirar travieso
le quise dar un lindo beso, pucha,
un trompo se me tiró.

La pucha, qué papelón, la china
que me hizo ser.
Pues juro que yo me creiba
que ella se reiba por mi querer.
Malaya con su desdén,
que tanto me hace penar.
Si algún día en un descuido
la agarro a tiros
la he de besar.

Aura!

Como anda tan enamorado
y sus amores yo los quiero
me fui a ver a un curandero
que vende yuyitos buenos pa'l amor.
Me dio yo no sé qué menjunge
y me dijo que le hiciera tomar eso
que ella misma me iba dar un beso
y me pediría por favor mi amor.
Me fui pa'l rancho e Margarita
y sin que ella me viera
eché el menjunge al mate.
Después haciendo un disparate
ahí mismo sobre el pucho la quise besar.
Al diablo con todos los yuyos
porque ella arisca en vez de contestarme
sin ninguna lástima empezó a darme
con el palo de amasar.